Tamayo consigue lo imposible; que sientas empatía por un delincuente.
Un buen documentalista no juzga, deja que los hechos hablen por sí solos; busca retratar realidades y que sean otros los que saquen sus conclusiones sin intervenir ni dejar que sus prejuicios eclipsen la obra.
Por este motivo, Tamayo es un documentalista pésimo; se dedica a acosar a un hombre ANTES de investigarlo; pone sobre la mesa una serie de valores (valores mainstream, los que le hacen quedar bien de cara a la opinión pública) que utiliza como excusa para meterse como un personaje más, como el justiciero que vengará a las víctimas. Una justicia que nadie le ha pedido porque por algo hay una sentencia judicial de por medio en marcha, y que además Tamayo ejecuta esa justicia de manera lamentable; tratando al delincuente como un animal, deshumanizándolo (justo lo que critica que él hacía con sus víctimas). Es habitual la hipocresía en gente que pierde el culo por el reconocimiento ajeno. Tamayo vendería a su madre si la opinión pública diera una descripción de mujer que se adecuase a ella. Los valores de Tamayo son los del camaleón, que cambia según el ambiente.
Tiene gracia que en el último capítulo, su compañera le pregunta si está nervioso por traicionar la confianza del delincuente (otra vez) (por cierto, se conocen desde que él tenía 16 años) y él contesta "no, porque no tengo sentimientos". Lo que tiene es demasiado ego.
Otra cosa que agota y se hace difícil de aguantar es su insistencia en que el delincuente "pida perdón a las víctimas" (básicamente es el goal del documental), un perdón que NINGUNA víctima le ha solicitado pero como buen camaleón, busca el discurso y fuerza situaciones interviniendo, se lo pidan o no (no olvidemos que él es el héroe de todas sus películas).
En lugar de dejar que el río siguiera su curso (las MUY pocas veces que lo hace, el delincuente solito se retrata dejando ver su culpabilidad), lo corta constantemente para meterse. En lugar de investigar las pruebas (apenas tenemos un bocado de esto), el pasado del delincuente, su vida, etc, se dedica a dar su opinión de todo, todo el tiempo. A tomarse la justicia por su mano ("pide perdón") y no aportar nada porque en su cabeza es un héroe, un justiciero. De eso va el documental; de "Tamayo (el héroe) llama a los Mossos". Es el Teo de los documentales.
Lo que hay que tener claro es que, si alguien solicita los servicios de Tamayo, que sepa que el protagonismo lo va a tener él, la historia que se quiera contar pasará a un segundo plano.
Muy poco de acuerdo con esta opinión.
Primero, hay muchos tipos de documentales, el participativo uno de ellos y el escogido en este caso, lo cual es una propuesta muy rara y muy interesante que tiene mucho sentido puesto que Tamayo es conocido del acusado y, por tanto, aunque no lo supiera entonces, partícipe de la trama.
Segundo, dices que él busca ser el justiciero y hacer que el acusado pida perdón sin que nadie se lo pida, pero eso no es cierto. De hecho se menciona en varias ocasiones por parte de las víctimas y en el encontronazo en el bar, el chico es lo único que le pide a Lluís. Además, ya no es solo de cara a los afectados, sino que Carles le dice literalmente: "esta es tu oportunidad de redimirte", siendo que Lluís es una persona creyente y muy religiosa, pero él nunca reconoce siquiera los hechos.
También mencionas que se da una imagen de Lluís deshumanizada, cuando en verdad se muestran momentos muy naturales y débiles de él, donde estás viendo a un viejo entrañable, si bien un tanto inadecuado, como muchos otros que todos conocemos, y te das cuenta de que incluso gente así puede en realidad enmascarar a un monstruo.
Finalmente, Tamayo no influye ni afecta a la trama en nada más que el final. Él da su opinión, pero nunca delante de Lluís, por tanto no incide en ningún hecho ni lo precipita, solamente al final cuando le confronta directamente después de llamar a los mossos, en mi opinión ya un poco desesperado de ver que es un criminal con cero capacidad de autocrítica y consciencia y que de hecho parece crear una realidad paralela donde realmente no ha hecho nada malo y se la cree. Para mí es un fallo que se lo diga porque pone en jaque atrapar a Lluís, que es lo que debería ser el objetivo final, pero en general es un pedazo de documental que muestra la increíble impunidad del sistema (lo de la polícia al final es de traca) y de nosotros como sociedad, como somos capaces de tapar semejantes episodios a fin de no involucrarnos o no querer pensar mal de alguien o causar perjuicio.
En resumen, es una puesta a la mesa cruda y real de un problema enorme que tenemos en esta sociedad, y da para pensar: este señor no era para nada un master-mind (a la vista está), y ha estado destrozando vidas durante más de 30 años con el privilegio de ni siquiera ser consciente o afrontar esos hechos. ¿Cuán protegidos estamos realmente? ¿Cuántos más habrá? Y, sobretodo, ¿qué es lo que falla para que en el siglo XXI esto siga pasando con este nivel de impunidad? Da para mucho, mucho que pensar, y en mi opinión lo narra brillantemente.
Ese comentario no era para ti (no te he preguntado para qué comentas). De nuevo, una falta más de comprensión lectora por tu parte; sacas de contexto y te quedas con lo que quieres o te interesa sin tratar de averiguar qué quiero decir (y explico ampliamente). Por eso te contesté lo que te contesté.
Más que falta de comprensión esque no se utilizar bien la aplicación, después he visto que arriba pone en respues a X, pero si seguramente tenga mucho margen de mejora en mi compresión lectora, al igual que en muchas cosas.
Pero bueno después de esta breve aclaración no pierdo más el tiempo con alguien como tú, que consigue empatizar con semejante monstruo, haztelo mirar.
Mira, ni te lo has leído entero (mi comentario) ni lo entiendes porque, si no, me discutirías otras cosas y no la frase que da pie al desarrollo. Lo dicho, no te pierdas su siguiente documental, es para ti 😉
Primero. Incluso en los documentales participativos uno tiene que saber dónde están los límites en cuanto a la participación. Si la historia no es tuya, apropiarte del protagonismo es eclipsar el documental, que es lo que hace Tamayo; no participa, se convierte en el protagonista.
Segundo. NADIE le pide a Tamayo que haga de justiciero. Como tú mismo dices, es una víctima la que se lo solicita directamente a Lluís (que pida perdón), pero Tamayo decide que él hará de voz de los afectados (repito, ni uno le pide nada, únicamente que lo detengan una vez se fuga).
Tercero. Tamayo TRATA al delincuente (lee con atención, me refiero a él mismo) como una rata; lo engaña, traiciona y machaca con su insistente “pide perdón” cada vez que lo ve (recordemos que lo conoce desde los 16 años, no quiero pensar si llega a ser un tío cualquiera). No se centra en dejarlo en evidencia por sí mismo; en documentar su culpabilidad (que podría haberlo hecho porque cuando deja la cámara correr ya se puede ver que Lluís se deja a sí mismo en evidencia y muestra su culpabilidad, como también he comentado).
Cuarto. Sí da su opinión durante todo el documental, comenzando por el principio, donde literalmente al encontrarse con Lluís le dice; “yo no voy a hacer un documental contigo porque no voy a blanquear a un delincuente”, pero luego ve la oportunidad de hacer de justiciero/protagonista (antes de investigarlo ya es culpable para él, ahí el nivel de investigación del documental, que empieza dando muestras de lo que será esa “investigación”).
Creo que cualquier persona que haya visto documentales de investigación esto se le queda muy pobre. A no ser que se trate de alguien que disfruta de lo superficial; de las cosas sencillitas que no entran en materia y se digieren fácil. Es totalmente plausible, todos consumimos (puro) entretenimiento.
En España tenemos documentales como “Lucía en la telaraña”,” Muerte en León”, etc, que son documentales muy currados donde se muestra una implicación por parte del cineasta que realmente marca la diferencia; plantea preguntas y resuelve las que puede. Pero al resolver más, requiere más densidad, más implicación.
Otra cosa, dices que muestra un problema real que tiene la sociedad. Bien, pues en lugar de centrarse en responder esas preguntas o tratar de hacerlo, se centra en otras cosas. Le vino genial que este tío se escapara, si no, no habría nada que contar en el documental salvo “Tamayo acosa a un delincuente para que pida perdón”.
Por supuesto, algunas cosas que expongo considero que son objetivas pero otras se basan en el gusto personal, como todo y como todos.
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Tamayo consigue lo imposible; que sientas empatía por un delincuente.
Un buen documentalista no juzga, deja que los hechos hablen por sí solos; busca retratar realidades y que sean otros los que saquen sus conclusiones sin intervenir ni dejar que sus prejuicios eclipsen la obra.
Por este motivo, Tamayo es un documentalista pésimo; se dedica a acosar a un hombre ANTES de investigarlo; pone sobre la mesa una serie de valores (valores mainstream, los que le hacen quedar bien de cara a la opinión pública) que utiliza como excusa para meterse como un personaje más, como el justiciero que vengará a las víctimas. Una justicia que nadie le ha pedido porque por algo hay una sentencia judicial de por medio en marcha, y que además Tamayo ejecuta esa justicia de manera lamentable; tratando al delincuente como un animal, deshumanizándolo (justo lo que critica que él hacía con sus víctimas). Es habitual la hipocresía en gente que pierde el culo por el reconocimiento ajeno. Tamayo vendería a su madre si la opinión pública diera una descripción de mujer que se adecuase a ella. Los valores de Tamayo son los del camaleón, que cambia según el ambiente.
Tiene gracia que en el último capítulo, su compañera le pregunta si está nervioso por traicionar la confianza del delincuente (otra vez) (por cierto, se conocen desde que él tenía 16 años) y él contesta "no, porque no tengo sentimientos". Lo que tiene es demasiado ego.
Otra cosa que agota y se hace difícil de aguantar es su insistencia en que el delincuente "pida perdón a las víctimas" (básicamente es el goal del documental), un perdón que NINGUNA víctima le ha solicitado pero como buen camaleón, busca el discurso y fuerza situaciones interviniendo, se lo pidan o no (no olvidemos que él es el héroe de todas sus películas).
En lugar de dejar que el río siguiera su curso (las MUY pocas veces que lo hace, el delincuente solito se retrata dejando ver su culpabilidad), lo corta constantemente para meterse. En lugar de investigar las pruebas (apenas tenemos un bocado de esto), el pasado del delincuente, su vida, etc, se dedica a dar su opinión de todo, todo el tiempo. A tomarse la justicia por su mano ("pide perdón") y no aportar nada porque en su cabeza es un héroe, un justiciero. De eso va el documental; de "Tamayo (el héroe) llama a los Mossos". Es el Teo de los documentales.
Lo que hay que tener claro es que, si alguien solicita los servicios de Tamayo, que sepa que el protagonismo lo va a tener él, la historia que se quiera contar pasará a un segundo plano.
Un documental de y sobre Tamayo para tamayistas.
Si has llegado a empatizar con el "delincuente" el problema lo tienes tú, no Tamayo.
stfuuuu no one is reading all of that
Muy poco de acuerdo con esta opinión.
Primero, hay muchos tipos de documentales, el participativo uno de ellos y el escogido en este caso, lo cual es una propuesta muy rara y muy interesante que tiene mucho sentido puesto que Tamayo es conocido del acusado y, por tanto, aunque no lo supiera entonces, partícipe de la trama.
Segundo, dices que él busca ser el justiciero y hacer que el acusado pida perdón sin que nadie se lo pida, pero eso no es cierto. De hecho se menciona en varias ocasiones por parte de las víctimas y en el encontronazo en el bar, el chico es lo único que le pide a Lluís. Además, ya no es solo de cara a los afectados, sino que Carles le dice literalmente: "esta es tu oportunidad de redimirte", siendo que Lluís es una persona creyente y muy religiosa, pero él nunca reconoce siquiera los hechos.
También mencionas que se da una imagen de Lluís deshumanizada, cuando en verdad se muestran momentos muy naturales y débiles de él, donde estás viendo a un viejo entrañable, si bien un tanto inadecuado, como muchos otros que todos conocemos, y te das cuenta de que incluso gente así puede en realidad enmascarar a un monstruo.
Finalmente, Tamayo no influye ni afecta a la trama en nada más que el final. Él da su opinión, pero nunca delante de Lluís, por tanto no incide en ningún hecho ni lo precipita, solamente al final cuando le confronta directamente después de llamar a los mossos, en mi opinión ya un poco desesperado de ver que es un criminal con cero capacidad de autocrítica y consciencia y que de hecho parece crear una realidad paralela donde realmente no ha hecho nada malo y se la cree. Para mí es un fallo que se lo diga porque pone en jaque atrapar a Lluís, que es lo que debería ser el objetivo final, pero en general es un pedazo de documental que muestra la increíble impunidad del sistema (lo de la polícia al final es de traca) y de nosotros como sociedad, como somos capaces de tapar semejantes episodios a fin de no involucrarnos o no querer pensar mal de alguien o causar perjuicio.
En resumen, es una puesta a la mesa cruda y real de un problema enorme que tenemos en esta sociedad, y da para pensar: este señor no era para nada un master-mind (a la vista está), y ha estado destrozando vidas durante más de 30 años con el privilegio de ni siquiera ser consciente o afrontar esos hechos. ¿Cuán protegidos estamos realmente? ¿Cuántos más habrá? Y, sobretodo, ¿qué es lo que falla para que en el siglo XXI esto siga pasando con este nivel de impunidad? Da para mucho, mucho que pensar, y en mi opinión lo narra brillantemente.
Está claro que eres el público de Tamayo.
Pa eso comentas?
Comento para lo que quiero, y es el único documental que he visto de Tamayo y puede que el último, de hecho no sabía ni quién era.
Pero bajo mi punto de vista si alguien empatiza con semejante monstruo algo falla.
Un saludo.
Ese comentario no era para ti (no te he preguntado para qué comentas). De nuevo, una falta más de comprensión lectora por tu parte; sacas de contexto y te quedas con lo que quieres o te interesa sin tratar de averiguar qué quiero decir (y explico ampliamente). Por eso te contesté lo que te contesté.
Otro para ti.
Más que falta de comprensión esque no se utilizar bien la aplicación, después he visto que arriba pone en respues a X, pero si seguramente tenga mucho margen de mejora en mi compresión lectora, al igual que en muchas cosas.
Pero bueno después de esta breve aclaración no pierdo más el tiempo con alguien como tú, que consigue empatizar con semejante monstruo, haztelo mirar.
Mira, ni te lo has leído entero (mi comentario) ni lo entiendes porque, si no, me discutirías otras cosas y no la frase que da pie al desarrollo. Lo dicho, no te pierdas su siguiente documental, es para ti 😉
Primero. Incluso en los documentales participativos uno tiene que saber dónde están los límites en cuanto a la participación. Si la historia no es tuya, apropiarte del protagonismo es eclipsar el documental, que es lo que hace Tamayo; no participa, se convierte en el protagonista.
Segundo. NADIE le pide a Tamayo que haga de justiciero. Como tú mismo dices, es una víctima la que se lo solicita directamente a Lluís (que pida perdón), pero Tamayo decide que él hará de voz de los afectados (repito, ni uno le pide nada, únicamente que lo detengan una vez se fuga).
Tercero. Tamayo TRATA al delincuente (lee con atención, me refiero a él mismo) como una rata; lo engaña, traiciona y machaca con su insistente “pide perdón” cada vez que lo ve (recordemos que lo conoce desde los 16 años, no quiero pensar si llega a ser un tío cualquiera). No se centra en dejarlo en evidencia por sí mismo; en documentar su culpabilidad (que podría haberlo hecho porque cuando deja la cámara correr ya se puede ver que Lluís se deja a sí mismo en evidencia y muestra su culpabilidad, como también he comentado).
Cuarto. Sí da su opinión durante todo el documental, comenzando por el principio, donde literalmente al encontrarse con Lluís le dice; “yo no voy a hacer un documental contigo porque no voy a blanquear a un delincuente”, pero luego ve la oportunidad de hacer de justiciero/protagonista (antes de investigarlo ya es culpable para él, ahí el nivel de investigación del documental, que empieza dando muestras de lo que será esa “investigación”).
Creo que cualquier persona que haya visto documentales de investigación esto se le queda muy pobre. A no ser que se trate de alguien que disfruta de lo superficial; de las cosas sencillitas que no entran en materia y se digieren fácil. Es totalmente plausible, todos consumimos (puro) entretenimiento.
En España tenemos documentales como “Lucía en la telaraña”,” Muerte en León”, etc, que son documentales muy currados donde se muestra una implicación por parte del cineasta que realmente marca la diferencia; plantea preguntas y resuelve las que puede. Pero al resolver más, requiere más densidad, más implicación.
Otra cosa, dices que muestra un problema real que tiene la sociedad. Bien, pues en lugar de centrarse en responder esas preguntas o tratar de hacerlo, se centra en otras cosas. Le vino genial que este tío se escapara, si no, no habría nada que contar en el documental salvo “Tamayo acosa a un delincuente para que pida perdón”.
Por supuesto, algunas cosas que expongo considero que son objetivas pero otras se basan en el gusto personal, como todo y como todos.
Cómo cazar a otro monstruo (estoy flipando)