Aunque parezca mentira, la primera película rodada en color del maestro del suspense Alfred Hitchcock, está basada en hechos reales, y rodada con un sistema de plano secuencia en un único escenario.
Es una adaptación de la obra de teatro Rope, escrita por Patrick Hamilton en 1929, y tiene grandes similitudes con la muerte real, que tuvo una gran repercusión en su época, de Bobby Franks a manos de Nathan Freudenthal Leopold, Jr. y de Richard A. Loeb en 1924.
La historia con la que comienza la película es el asesinato por estrangulamiento de un joven realizado por otros dos, a la sazón sus amigos, y ello, siguiendo las directrices de un profesor que seguía las teorías de Nietzsche, sobre el superhombre que adoptó Adolf Hitler y el partido nazi, al que se hace referencia en la película.
Parece que la relación homosexual de los dos asesinos tuvo también algo que ver en el asesinato, y que la chica, encarnada en la película por Joan Chandler tuvo una relación con uno de ello, a la sazón bisexual, siendo la actual novia del asesinado.
Una pequeña obra de arte de menos de ochenta minutos, con unos diálogos inteligentes y trabajados, una puesta en escena de verdadero lujo y unas interpretaciones intachable, sobre todo la de James Stewart, quizás en su papel más convincente a lo largo de toda su carrera.
Matrícula de honor 10. Siempre tuvo un papel reservado entre mis favoritas, y ahora, a pesar del tiempo transcurrido y los años desde su producción a mediados de los 50 del siglo pasado, mantiene toda su vigencia.