Le cuesta arrancar a la historia, aunque se compensa con esa elección de colores Guillermo del Toro, que cualquier espectador admirará de principio a fin.
Dejando de lado la falta de ritmo de la película, tenemos la presencia de fantasmas que dan muy mal rollo, algo que necesita esta historia para sobresaltar al espectador.
Por otro lado, al finalizar la película se habrán cerrado todo tipo de “casos abiertos” que van saliendo durante las dos horas de duración. Algo que, en este caso, se agradece.
Tampoco podemos dejar de lado a los actores, donde vemos a Mia Wasikowska, Jessica Chastain y Tom Hiddleston brillar cada uno con su personaje. Esto hace que cada uno llegue a límites insospechados ofreciéndonos un final con un ritmo arrollador, donde si cierras los ojos te pierdes algo.
Por lo que el final, no iba a ser de otra manera, va a ser del agrado de todos los espectadores o eso pienso. Pero eso no quiere decir que vaya a ser… ¿feliz?