Floja adaptación y pésimo guión de la novela de Carl Hiaasen el que realiza el director Andrew Bergman sobre una historia que sobre el papel podría haber tenido mucho más recorrido, y ello habida cuenta de la cantidad de mujeres que ha causa de diversos problemas, entre ellos el divorcio y la custodia y manutención de sus hijos, y ante la precariedad laboral, se ven abocadas a la necesidad de utilizar sus cuerpos para sobrevivir, bien en la prostitución, bien exhibiéndose cual es el caso.
La película suscitó gran expectación porque en aquel entonces Demi Moore era una de las mujeres más deseadas del mundo y alcanzó a cobrar doce millones de dólares por su papel, operándose los pechos y aprendiendo baile erótico con varias bailarinas reales de striptease, algunas la acompañan en sus actuaciones en el Club.
A pesar de las ambiciosas perspectivas, la película fracasó en las críticas y fue considerada como una de las peores películas de los años noventa, y se llevó seis premios Razzies, incluyendo peor película, peor actriz (Demi Moore), peor guión y peor realizador.
Los secundarios que la acompañaron, en especial Burt Reynolds, no mejoraron el nivel, sino que acabaron por hundir una película donde lo único salvable es Demi Moore y sus bailes eróticos para los incondicionales del género.
Insuficiente, 4.