Muestra con gran crudeza la realidad de los interrogatorios de los miembros de la CIA en su lucha contra el terrorismo internacional en general, y contra Al Qaeda y Bin Laden en particular. Como a través de pura tecnología descubren a su correo y su último escondite, todo ello gracias a la obsesión de una agente de la CIA, que acabó con uno de los criminales más buscados de la historia más reciente. Poco más que una rueda de prensa dieron los americanos sobre estos hechos, manteniendo en secreto lo que hicieron con los restos mortales del asesino, así como de todo el material incautado en su última morada. Alguna vez lo sacarán a la luz.