Película larga, de cocción lenta que, con elegancia, hila varias historias dejando siempre un buen sabor de boca.
Las actuaciones son sobresalientes, al igual que el trabajo de ambientación en unos turbios años 50.
Spoiler: Personalmente me ha encantado toda la reflexión sobre la religión. Como el ser humano puede ser tan egocéntrico de imponer en nombre de algo que ellos dicen creer y saber en base a fe y buenos actos. Pero en esta película, toda esa gente que fomenta esa fé, posteriomente, demuestran ser malas personas de una manera y otra. El personaje del protagonista, ateo, queda varado en una época y país donde la iglesia domina y ve como todo arde. Al final el ateo es lo más parecido a una persona buena y que realmente tiene valores éticos. Se nota que viene de una obra literaria donde esos recursos son core para con la trama.
Recomendadísima.