Billy Wilder dirigió esta deliciosa y sofisticada comedia romántica ubicada en la habitación de un hotel parisino, donde un millonario conquistador pernocta cuando va a la ciudad y recibe a sus múltiples conquistas, siendo localizado por un detective contratado por un marido traicionado.
La hija del detective, curiosa por naturaleza y que se conoce al dedillos los casos de infidelidades de los que se ocupa a su padre, le avisa del peligro que corre, y se enamora perdidamente de él, y pergeñando múltiples ardices consigue conquistar al conquistador.
Con la belleza serena de Audrey Hepburn, que me enamoró en su papel de "Desayuno con diamantes", una de mis favoritas, y con un tanto mayor Gary Cooper en el papel de Don Juan, con una maravillosa música de unos zíngaros contratados para que amenice sus veladas a la inconfundible y maravillosas notas de los violines, y con la participación del gran actor Maurice Chevalier, con un magnífico guión, Wilder diseña una de sus comedias románticas que tanto éxito le dieron, aunque ésta es bastante más desconocida, tanto que ha sido la primera vez que la he visto, y no será la última, engrosando mi videoteca favorita.
Sobresaliente, 9.