Por fín he conseguido ver la versión extendida, con el montaje del director David Fincher (el de "Seven") que explica perfectamente a dónde quiso llegar con el guión, absurdamente mutilado por la productora para su exhibición en las salas. Sin llegar al terror paranoico de la primera entrega, ni tener la acción trepidante de la segunda, tenemos un alien evolucionado, más inteligente, desatado matando a todo humano viviente pero con la intención de que perdure su especie.
Enfrente nuevamente Sigourney Weaver, mucho más metida en su papel, como si de verdad se lo creyera, incluso rapándose la cabeza por exigencias del guión, enfrentada a dos docenas de reclusos con el cromosoma doble Y., buscando varias alternativas para luchar con el alien que la compañía quiere rescatar a toda costa para sus turbios manejos científicos, como en las dos anteriores, privando la vida del bicho sobre las vidas humanas, a través de ese laberinto de corredores, lo que le da un toque de humor sobre la ansiedad y el terror que despierta el despiadado alien.
Película injustamente maltratada por la crítica especializada y por los espectadores que mejora ostensiblemente con el montaje del director, que aconsejo a todo el que desee ver esta grandiosa saga. Un notable, 8.