Segunda entrega de la franquicia, como una clara secuela de la primera en la que la Corporación vuelve a abrir la Colmena y los infectados atrapados logran salir propagando el virus por toda la ciudad, y tras experimentar tanto con Alice como con el otro superviviente, que muta en un ser francamente repugnante, lanzan la bomba para erradicar el virus... o eso creen.
Milla cada vez más integrada con su papel, realiza una buena interpretación, manteniendo la acción a raudales, la sangre y la sorpresa con pequeños guiños al terror.
Cambia el director, aunque apenas se nota dirigiendo ésta Alexander Witt en sustitución de Anderson. Notable bajo, 7.