Francis Ford Coppola dirige esta adaptación de una de las mejores novelas del creador de best sellers judiciales John Grisham, donde Matt Damon da vida a un joven abogado que en su primer caso demanda a una potente compañía de seguros médicos que niegan la cobertura a uno de sus clientes que padece leucemia.
Coppola, que dirige a una pléyade de caras conocidas, da vida a este drama judicial que mantiene su interés durante sus más de dos horas de duración de una manera sosegada y sencilla, sin grandes alharacas, mostrándonos lo difícil que es iniciar una carrera profesional para un joven sin medios en un mundo dónde el éxito es fundamental para forjarte un futuro, además de plasmar el mundo financiero de las aseguradoras, donde la premisa es rechazar el siniestro que declara un cliente las veces que sea necesaria hasta que se aburra, o recurra a un abogado que les demande para intentar un acuerdo a la baja.
Deberían exhibirla en las Facultades de Derecho de todo el mundo, donde los jóvenes estudiantes de derecho pretenden ser abogados por vocación, para ayudar a la gente ante esa señora con los ojos vendados y que mantiene una balanza, hasta que la vocación se queda en el camino y se convierten en tiburones, en yonkys del dinero y del éxito sobrepasando las líneas rojas que nunca se deben saltar.
Notable, 7.