Segunda puesta en escena de la Jungla, y sigue sin decepcionar el creíble personaje que interpreta Willis, con una cantidad de recursos para luchar contra "los malos" e ir solventando la papeleta. En esta los rehenes son una docena de aviones y su pasaje. Con su grito de guerra, el ya famoso "Yipi-ka-yey, motherfucker"!! y reconociendo que no llega a la calidad de la primera, al notarse mucho el cambio de director y no estar McTiernan, esta secuela se queda en un notable alto.