Como todos sabemos, el cine con el sonido sincronizado se consiguió en 1.927 con "El cantor de Jazz". Sólo tres años después Raoul Walsh se lanza a esta superproducción sobre la conquista del Oeste, donde con su habitual maestría y sin ahorrar detalles escabrosos, nos muestra como una larga caravana de pioneros se lanzaron en busca de un hogar en los inhóspitos y desconocidos terrenos del Oeste, lleno de peligros.
Nos muestran la terrible dureza, las incontrolables fuerzas de la naturaleza, los ataques de los indígenas que protegían sus terrenos de caza y sus familias del hombre blanco, y por fín, al mayor depredador del hombre, el propio hombre.
Raoul Walsh, que iba a protagonizar la película, sufrió un accidente de automóvil donde perdió su ojo, por lo que se vió obligado a buscar a un protagonista y le dió el papel a un bisoño John Wayne, al que le dió el nombre el propio Walsh o John Ford, algo que se disputaban ambos genios. Resaltar también el protagonismo del padre de Tyrone Power, en un papel totalmente alejado de su galán hijo, y de dos indios que en multitud de películas representaron a su pueblo.
Sin duda, una obra de arte.
Matrícula de honor, 10.