Nick Broomfield nos relata, casi en plan documental, uno de los asesinatos en masa cometidos por los marines norteamericanos en Irak, tras haber sufrido un atentado, lógicamente basado en hechos reales y en documentos que se vieron por la televisión norteamericana.
Curiosamente, y al ser claramente crímenes de guerra, la divulgación de esta película ha sido ínfima. Yo de hecho la he conocido hoy cuando los EE UU nombran su 45 Presidente a Donald Trump, que miedo da si lleva a cabo las medidas que pregonaba en su campaña electoral.
La guerra de Irak fue injusta desde sus cimientos, con aquel pacto en las Azores entre Bush, Blair y Aznar hablando de armas de destrucción masiva y su ocupación en base a ello, lo que se demostró que fue absolutamente falso. Las atrocidades cometidas como las narradas en esta película deberían haber conllevado responsabilidades para sus autores, y también para los que suscribieron esa Alianza criminal, de la que han pedido perdón el americano y el inglés. El español sigue haciendo mutis por el foro y su partido, el más corrupto como ahora se está demostrando, nunca pidió perdón ni a las víctimas, ni a los españoles por embarcarles en esta guerra que intentan evitar por todos los medios que veamos y tengamos opinión propia.
Notable documento, donde las imágenes son explicitas de lo ocurrido. Ni siquiera conocemos a los actores, a ninguno, todos novatos para que nada influya sobre lo que hemos visto, para que cada uno genere su propia opinión a los hechos relatados, restándole el director la crudeza de escenas de verdad reprochables y reprobables.
Notable, 8.