Cine de autor de calidad el que nos muestra Don Siegel quizás en su obra más personal, más introspectiva, más sensual y más oscura.
Ambientada en la guerra de Secesión americana, aunque lo único que tiene que ver con ella es la presencia de un herido y la seguridad de que sus enemigos patrullan todos los días por la puerta de una institución escolar de señoritas, con tres adultas, una de ellas esclava negra, y media docena de chicas de diferentes edades, cobijan y curan a un soldado unionista herido.
A los fuertes convencionalismos sociales y religiosos de los sureños, se une un ambiente de sexualidad reprimida que está latente durante toda la cinta y es uno de sus grandes aciertos, donde Siegel le marca el camino a un inteligente soldado, Eastwood, que lo único que pretende es sobrevivir, y que sabe jugar con su indudable encanto y la atracción que todas las féminas sienten hacia él, desde la directora a la más tierna joven, presentándonos de forma clara y palpable los diferentes grados de amor que se pueden dar en una relación heterosexual, y donde se puede pasar del amor/atracción al odio en un fotograma.
Notable, 7.