Sin duda, si por algo destaca este western correctamente dirigido por Henry Hathaway, además de las magníficas y estereotipadas actuaciones de su trío protagonista, es por la magnificencia del entorno natural donde se rodó la película, primera al parecer rodada con la nueva técnica del Cinemascope, donde el color es prácticamente idéntico al de la naturaleza a través del ojo humano.
Magnifica Susan Hayward, una de las rompecorazones de la época, bien asistida por el siempre caballeroso Gary Cooper y el pícaro Richard Widmark al que no se le escapa detalle, en el afán de rescatar a su marido atrapado en una mina dentro del territorio apache jugando con la codicia humana por el vil metal, el oro.
Notable, 7.