Antes de nada, señalar que esta película está basada en hechos reales. Por lo tanto, el guión es una adaptación para el cine de la vida y los hechos de Frank Lucas (Washington), y del policía que acabó su carrera de derecho y devolvió un millón de dolares (Crowe) cuando la corrupción a todos los niveles en Nueva York era generalizada (policía, fiscales, jueces, políticos).
La detención de Lucas, y su posterior acuerdo con la fiscalía para poder enchironar a todos los corruptos, fue un verdadero escándalo en EEUU, y cayeron policías de todos los rangos, políticos, jueces, abogados y fiscales, amén de mucho personal del ejército que también se encontraban implicados.
Ridley Scott dirige magistralmente esta película, apoyado en esos dos extraordinarios actores, ahondando en la fuerza de las mafias a través del dinero obtenido del tráfico de drogas, lo que le permite comprar, todavía en nuestros días, prácticamente la impunidad para todos sus delitos. Sólo tipos excepcionales como los encarnados por Washington y Crowe ponen coto, en ocasiones, a su actividad delictiva, y como comprobamos en nuestra carnes en España, la corrupción llega a todos los niveles de la sociedad, sin pudor alguno. A ver si pronto, al menos aquí en España, llenamos las cárceles de todos estos criminales corruptos de guante blanco.
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Antes de nada, señalar que esta película está basada en hechos reales. Por lo tanto, el guión es una adaptación para el cine de la vida y los hechos de Frank Lucas (Washington), y del policía que acabó su carrera de derecho y devolvió un millón de dolares (Crowe) cuando la corrupción a todos los niveles en Nueva York era generalizada (policía, fiscales, jueces, políticos).
La detención de Lucas, y su posterior acuerdo con la fiscalía para poder enchironar a todos los corruptos, fue un verdadero escándalo en EEUU, y cayeron policías de todos los rangos, políticos, jueces, abogados y fiscales, amén de mucho personal del ejército que también se encontraban implicados.
Ridley Scott dirige magistralmente esta película, apoyado en esos dos extraordinarios actores, ahondando en la fuerza de las mafias a través del dinero obtenido del tráfico de drogas, lo que le permite comprar, todavía en nuestros días, prácticamente la impunidad para todos sus delitos. Sólo tipos excepcionales como los encarnados por Washington y Crowe ponen coto, en ocasiones, a su actividad delictiva, y como comprobamos en nuestra carnes en España, la corrupción llega a todos los niveles de la sociedad, sin pudor alguno. A ver si pronto, al menos aquí en España, llenamos las cárceles de todos estos criminales corruptos de guante blanco.