En la tercera temporada hay un contraste entre el glamour, las grandes mansiones, los casinos, las recepciones políticas y fiestas llenas de canapés y champaña se torna por la vida de los sin techo, los albergues y las comidas de caridad, la prostitución infantil y las drogas. Padres tan perdidos como sus hijos, a los que parece que molestan y acaban en la calle en plena pubertad. Holder convencerá a Sara de que le ayude en la investigación dada la similitud en los asesinatos y en la violencia de los mismos, del primer caso que la llevó al psiquiátrico por estrés. El autor de aquellos hechos, en principio, está en el corredor de la muerte. Mucha mayor vivacidad en la acción, y en el tratamiento de los personajes y sospechosos, sin dejar esa parsimonia que caracteriza a esta extraordinaria serie. Seguimos con el ambiente lúgubre, húmedo y frío de Seatle, sin duda un mal sitio para sobrevivir sin techo y sin paraguas.
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En la tercera temporada hay un contraste entre el glamour, las grandes mansiones, los casinos, las recepciones políticas y fiestas llenas de canapés y champaña se torna por la vida de los sin techo, los albergues y las comidas de caridad, la prostitución infantil y las drogas. Padres tan perdidos como sus hijos, a los que parece que molestan y acaban en la calle en plena pubertad. Holder convencerá a Sara de que le ayude en la investigación dada la similitud en los asesinatos y en la violencia de los mismos, del primer caso que la llevó al psiquiátrico por estrés. El autor de aquellos hechos, en principio, está en el corredor de la muerte. Mucha mayor vivacidad en la acción, y en el tratamiento de los personajes y sospechosos, sin dejar esa parsimonia que caracteriza a esta extraordinaria serie. Seguimos con el ambiente lúgubre, húmedo y frío de Seatle, sin duda un mal sitio para sobrevivir sin techo y sin paraguas.