Clerks III sigue siendo fiel a su esencia; personajes estancados que parecen vivir en una eterna adolescencia, una película rodeada en un halo de nostalgia, como sus antecesoras. Pese a mantener esa esencia, consigue añadir toques originales a través de nuevos y armónicos personajes, así como un final emotivo mediante la ruptura de ese estancamiento, representado por esas 4 paredes (el videoclub) que en el fondo no dejan de ser el paraíso del director; su refugio y el de sus personajes. Un refugio que deviene en zona de confort y los paraliza, sólo quedarán liberados cuando consigan salir de allí. Por eso el final rompe con esa inmovilización, con ese estancamiento.
Importante también atender a los créditos, ya que Kevin Smith aporta información valiosa sobre la película y el futuro de sus personajes, dejando entrever si hará o no otra entrega (a buen entendedor, pocas palabras).
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Clerks III sigue siendo fiel a su esencia; personajes estancados que parecen vivir en una eterna adolescencia, una película rodeada en un halo de nostalgia, como sus antecesoras. Pese a mantener esa esencia, consigue añadir toques originales a través de nuevos y armónicos personajes, así como un final emotivo mediante la ruptura de ese estancamiento, representado por esas 4 paredes (el videoclub) que en el fondo no dejan de ser el paraíso del director; su refugio y el de sus personajes. Un refugio que deviene en zona de confort y los paraliza, sólo quedarán liberados cuando consigan salir de allí. Por eso el final rompe con esa inmovilización, con ese estancamiento.
Importante también atender a los créditos, ya que Kevin Smith aporta información valiosa sobre la película y el futuro de sus personajes, dejando entrever si hará o no otra entrega (a buen entendedor, pocas palabras).