Brillante drama judicial sobre la preparación de la defensa de un neonazi que mata impunemente a un pakistaní a golpes por el mero hecho de hacerlo, y la profunda catarsis que se produce en el joven gracias a su abogado, de profundas raíces judías, para intentar justificar un hecho absolutamente injustificable en busca tanto de la redención social como espiritual, tras el profundo lavado de cerebro al que fue sometido el skin.
Extraordinarias interpretaciones de David Strathairn y Andrew Walker, recomendadísima para los amantes y los estudiosos del derecho y de la violencia retrógada. Un sobresaliente, 9, a punto de la matrícula de honor.