Serie adictiva sobre cuatro hermanos irlandeses que tras la muerte prematura de su padre asesinado se ven abocados al crimen en Nueva York, y como desde las cloacas van ascendiendo, casi sin quererlo, a la cúpula de las organizaciones mafiosas.
Otra serie tirada a la basura por la productora. Mientras otras se eternizan en pantalla, algunas como ésta son canceladas prematuramente sin previo aviso, por lo que no tienen un final, ni bueno ni malo. Son series inconclusas con las que se ríen descaradamente de sus espectadores.
Una pena que no seamos solidarios y avisemos a los que nos suceden en su visionado de que eviten pasar por este mal trago.
A pesar de ello, trece capítulos que te enganchan, que te subyugan, que te atrapan y te enamoran como los ojos de la guapa Olivia Wilde.
Un notable 7. Y si pueden pasar de su hechizo, no la vean, "no consuman" como dice el Cholo Simeone. El regusto será menos amargo.