Seis años después de que Henry Hathaway dirigiera la inolvidable "Valor de Ley", Stuart Millar se atreve con su secuela mostrándonos a un Wayne más viejo, más feo y más mal encarado, que sigue viviendo con su amigo chino y con su gato borracho, el "general no se cuantos con apellido", y sustituyendo a la joven obstinada, repipi y redicha interpretada por Kim Darby, por una Katharine Hepburn que muestra una espléndida madurez y que suelta párrafos de la Biblia como una ráfaga de disparos.
Una excelente fotografía, un valiente descenso por los rápidos de un río, y un magnífico duelo interpretativo de John Wayne y Katharine Hepburn, ambos en uno de sus últimos papeles, con diálogos secos y mordaces, en este western moderno en los estertores del género.
Notable, 7.