John Boorman se atrevió a aceptar el proyecto de realizar una secuela de la obra maestra del terror de Friedkin, y se quedó en una mera parodia del puro miedo que infundía "El exorcista".
A pesar de contar con Linda Blair y Max von Sydow, y reforzados por un actor de peso como Richard Burton y Louise Fletcher, Boorman nos mete en una vorágine sin pies ni cabeza sobre el demonio que poseyó a Regan que todavía continúa en ella, con un guión confuso y deslavazado que no sólo nos desconcierta a los espectadores, sino también al director que tras el batiburrillo orquestado nos vuelve a llevar a la casa donde ocurrieron los hechos buscando un hilo conductor que une a ambas producciones, hilo conductor que se perdió cuando firmó el proyecto de realizar esta insulsa y decepcionante secuela.
El que no quiera perder la esencia de "El exorcista" está eximido de verla. Sólo un 3 por el ridículo esfuerzo.