Siendo terrible que en los años 80 se te diagnosticara el VIH y que el único medicamento entonces aceptado por EEUU para combatirlo era el AZT, un producto con multitud de efectos secundarios muy peligrosos para la salud y que hizo multimillonaria a la compañía farmacéutica que lo distribuía, con el beneplácito del Gobierno norteamericano, los pacientes, en una gran mayoría homosexuales, buscaban cualquier remedio que les diera unos meses más de vida.
Ron Woodroof, un drogadicto que se dedicaba a los rodeos y que era todo menos un homosexual, luchó contra su destino buscando un remedio, aprovechando también la oportunidad para enriquecerse traficando con los pocos medicamentos que parecían efectivos buscándolos por todo el mundo, y haciendo un estudio extrahospitalario que en la actualidad ha salvado cientos de miles de vida.
Extraordinaria la interpretación que hace Matthew McConaughey de Ron Woodroof que le valió un Oscar y la admiración de medio mundo saliendo por fín del encasillamiento de niño bonito, protagonista de comedias románticas, en esta producción independiente dirigida por Jean-Marc Vallée.
Notable, 8.