Crítica

Me vendieron la moto de que era la mejor película de found footage que se ha hecho hasta ahora y, si bien es verdad que es muy impactante, cruda e incómoda, creo que le falta profundizar en el porqué del comportamiento del asesino. Al final termina como empieza, con una incógnita.
Además, no hay tanto gore como te hacen pensar en todas las reseñas que he leído. Se ve poco y todo granulado por la calidad de la cámara del asesino, un recurso fácil para camuflar la falta de efectos especiales. Me la esperaba más explícita, se acaba perdiendo parte de la tensión porque se repite todo y termina con nada.
A pesar de eso, es buena. Si os gusta pasar un mal rato de angustia, la recomiendo.