Colin Trevorrow, 22 años después de los episodios narrados por Steven Spielberg, nos transporta nuevamente a la Isla Nublar y al éxito de un nuevo parque temático donde la clonación de criaturas jurásicas y la manipulación genética de las mismas permite al público en general visitar y ver a las criaturas extinguidas vueltas a la vida.
La idea es la misma que nos apasionó con Spielberg, del que sospecho que sigue detrás de los créditos en esta nueva trilogía que se anuncia, donde contamos con una exuberante y preciosa fotografía, los efectos digitales a los que nos tienen acostumbrados en esa coreografía de enfrentamientos de los dinosaurios, una estupenda banda sonoro original muchas veces interrumpida por los bramidos de las criaturas y los alaridos de terror de sus víctimas, algo consustancial a la temática, con un guión aseado para lo realmente importante, los dinosaurios y la supervivencia de los humanos a cualquier precio, más allá de la codicia humana, culpable, como casi siempre, de que lo que es un paraíso se convierta en un infierno.
Decir, como hecho curioso, que es la cuarta película de la historia en recaudación, con lo que el filón no lo dejan los productores extinguirse, como a los dinosaurios.
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Colin Trevorrow, 22 años después de los episodios narrados por Steven Spielberg, nos transporta nuevamente a la Isla Nublar y al éxito de un nuevo parque temático donde la clonación de criaturas jurásicas y la manipulación genética de las mismas permite al público en general visitar y ver a las criaturas extinguidas vueltas a la vida.
La idea es la misma que nos apasionó con Spielberg, del que sospecho que sigue detrás de los créditos en esta nueva trilogía que se anuncia, donde contamos con una exuberante y preciosa fotografía, los efectos digitales a los que nos tienen acostumbrados en esa coreografía de enfrentamientos de los dinosaurios, una estupenda banda sonoro original muchas veces interrumpida por los bramidos de las criaturas y los alaridos de terror de sus víctimas, algo consustancial a la temática, con un guión aseado para lo realmente importante, los dinosaurios y la supervivencia de los humanos a cualquier precio, más allá de la codicia humana, culpable, como casi siempre, de que lo que es un paraíso se convierta en un infierno.
Decir, como hecho curioso, que es la cuarta película de la historia en recaudación, con lo que el filón no lo dejan los productores extinguirse, como a los dinosaurios.
Notable, 7.