Hollywood siempre será la cuna de los sueños, hasta para el drama de perder tu trabajo, tu autoestima y con ella la de los tuyos, el amor de tu mujer y el respeto de tus hijos, ya no te digo nada si pierdes una caserón de un millón de dólares y tu porsche como tercer coche, eres socio del campo de golf y vas todos los inviernos a esquiar y los veranos a un hotel de lujo a Ibiza.
Ciertamente perder el trabajo y no encontrar uno en meses e incluso en años es durísimo, pero sin duda lo será más para el que carece de recursos para vender y tirar unos meses más, del que compra el bono bus para ir a su trabajo porque no dispone de un vehículo propio y utiliza el transporte público, del que no puede vender su mansión porque vive de alquiler y no le llega para pagar la renta, y le echan el mes que viene, en definitiva, el que no tiene para dar tres comidas a sus hijos pequeños y tiene que recurrir a la caridad pública.
Desde este punto de vista, la película, a pesar de estar dirigida a esos grandes ejecutivos con sueldos de órdago y que son incapaces de ahorrar por si vienen mal dadas, porque lógicamente en su mundo nunca pueden ir mal dadas, la tragedia y el drama de la falta de medios para sacar adelante a tu familia se está viviendo en millones de hogares en España, desde el ejecutivo al más humilde peón o empleado, desde el joven que no encuentra su primer empleo, hasta licenciados de clase media pagando su hipoteca, y para todos y cada uno de ellos, con sus circunstancias como decía Ortega y Gasset, los lunes al sol es la única puerta abierta.
En cuanto a la película, y habida cuenta de su excelente reparto, se salva por no caer en situaciones excesivamente lacrimógenas ni situaciones disparatadas, y deja siempre abierta la puerta a un futuro más prometedor que significa encontrar un puesto de trabajo, algo a lo que aferrarte para continuar manteniendo la esperanza en el futuro. Desgraciadamente, muchos se quedaron en el camino.
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Hollywood siempre será la cuna de los sueños, hasta para el drama de perder tu trabajo, tu autoestima y con ella la de los tuyos, el amor de tu mujer y el respeto de tus hijos, ya no te digo nada si pierdes una caserón de un millón de dólares y tu porsche como tercer coche, eres socio del campo de golf y vas todos los inviernos a esquiar y los veranos a un hotel de lujo a Ibiza.
Ciertamente perder el trabajo y no encontrar uno en meses e incluso en años es durísimo, pero sin duda lo será más para el que carece de recursos para vender y tirar unos meses más, del que compra el bono bus para ir a su trabajo porque no dispone de un vehículo propio y utiliza el transporte público, del que no puede vender su mansión porque vive de alquiler y no le llega para pagar la renta, y le echan el mes que viene, en definitiva, el que no tiene para dar tres comidas a sus hijos pequeños y tiene que recurrir a la caridad pública.
Desde este punto de vista, la película, a pesar de estar dirigida a esos grandes ejecutivos con sueldos de órdago y que son incapaces de ahorrar por si vienen mal dadas, porque lógicamente en su mundo nunca pueden ir mal dadas, la tragedia y el drama de la falta de medios para sacar adelante a tu familia se está viviendo en millones de hogares en España, desde el ejecutivo al más humilde peón o empleado, desde el joven que no encuentra su primer empleo, hasta licenciados de clase media pagando su hipoteca, y para todos y cada uno de ellos, con sus circunstancias como decía Ortega y Gasset, los lunes al sol es la única puerta abierta.
En cuanto a la película, y habida cuenta de su excelente reparto, se salva por no caer en situaciones excesivamente lacrimógenas ni situaciones disparatadas, y deja siempre abierta la puerta a un futuro más prometedor que significa encontrar un puesto de trabajo, algo a lo que aferrarte para continuar manteniendo la esperanza en el futuro. Desgraciadamente, muchos se quedaron en el camino.
Notable, 7.