MobLand se sostiene casi exclusivamente gracias a Tom Hardy, cuya presencia dota de intensidad y credibilidad a una trama criminal por momentos predecible. Su interpretación es magnética y da vida a un personaje complejo que eleva el nivel de la serie cada vez que aparece. En cambio, los secundarios se pierden en clichés y sobreactuaciones que restan realismo. Pierce Brosnan y Helen Mirren, pese a su talento, encarnan personajes tan excesivos y caricaturescos que rompen la tensión dramática. El resultado es una serie visualmente atractiva, pero desequilibrada y dependiente del carisma de Hardy para mantener el interés.
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MobLand se sostiene casi exclusivamente gracias a Tom Hardy, cuya presencia dota de intensidad y credibilidad a una trama criminal por momentos predecible. Su interpretación es magnética y da vida a un personaje complejo que eleva el nivel de la serie cada vez que aparece. En cambio, los secundarios se pierden en clichés y sobreactuaciones que restan realismo. Pierce Brosnan y Helen Mirren, pese a su talento, encarnan personajes tan excesivos y caricaturescos que rompen la tensión dramática. El resultado es una serie visualmente atractiva, pero desequilibrada y dependiente del carisma de Hardy para mantener el interés.