No sé por dónde podría empezar. De momento diré que Beetlejuice Beetlejuice sigue teniendo el toque que pudimos ver en 1988, con un Michael Keaton a la altura.
Beetlejuice Beetlejuice es una película que comienza lentamente y hasta que no sucede algo realmente interesante, puede pasar una media hora larga. Sin embargo, el inicio, donde se presentan nuevos actores, es necesario para comprender lo que sucederá más adelante.
Aunque, no es todo oro lo que reluce, en Beetlejuice Beetlejuice se ha desaprovechado varios personajes que podrían haber tenido momentos realmente épicos.
Uno de ellos sería el de Monica Bellucci, que no dió mucho juego a pesar de que su personaje imponía mucho. Y su aparición final no fue lo suficiente para conocerla de verdad y saber de que es capaz.
Por otro lado, tenemos al personaje “Jeremy” interpretado por Arthur Conti, pensaba que iba a dar más pelea, pero terminó siendo “derrotado” de la forma más sencilla, dejando claro que no hay nadie más inteligente que… bueno, ya sabéis.
Algún punto bueno que comenzaría sería el de ir cerrando historias secundarias que van abriéndose según la película inicia. Tampoco se olvidan de nadie relativamente importante, ¿no?. Al menos, desde mi punto de vista lo dejan todo bien masticado y no te permite que pienses de más, dejándote entender Tim Burton que es una película relajante, de comedia y con toques terroríficos, como bien pudimos ver en los ochenta.
También hay que destacar los efectos especiales de Stop Motion, ya que soy de aquellas personas que no lo veían en el tráiler. Pero una vez más, Tim Burton nos sorprende con su toque especial y que destaca dentro de Hollywood.
Por lo que es una película que tenéis que ver. No hay excusas.
Cariñosamente como seguidor de Burton y adolatrar a Beetlejuice he de decir que me ha decepcionado. La trama de Bellucci, que debía ser la principal, fue desperdiciada. En esta trama Lydia parece algo torpe e ingenua, algo totalmente opuesto a lo que vimos en su primera entrega, en esta no conozco a Lydia.
La película tiene buenos momentos, pero terminan en saco roto. Pienso que como película es aceptable, quizás lo mejor de Burton en años, pero como secuela es una mala pieza del puzzle, no se sostiene y no casa con las personalidades de los personajes que repiten su rol, incluso a Keaton se le ve limitado, pero por culpa del guión, algo que no ocurría en la primera, ya que Keaton improvisaba alguno de sus diálogos. Pienso que en los 20 minutos de metraje que rodó Keaton en la primera fueron más espectaculares que los muchísimos minutos que aparece en pantalla el personaje en esta secuela.