Bastante más real, como la vida misma, que las críticas sobre ella insinúan. Un hombre que sólo vive para su trabajo, sea lícito o no lo que hace, y que sólo va a su casa para pernoctar. Sin embargo, la vida le da un vuelco cuando a su hijo le diagnostican la maldita leucemia, y todo cambia radicalmente.
Hay un dicho o un sabio pensamiento que señala que "Ningún padre debería enterrar a sus hijos", y sin duda así es, y es un poco lo que vemos que le ocurre a Gerard Butler, que lucha desde ese momento por hacer todo lo posible para no perder a su hijo.
Drama intenso sobre la explotación del hombre por el hombre, y de la triste realidad de la enfermedad infantil, de la dureza que significa luchar con tu hijo para que éste sobreviva a una enfermedad que todos los años talla muchas lápidas.
Buen trabajo de Butler, que pasa de ser un despótico servidor del dinero a un humilde padre preocupado.
Interesante, 6.