Segunda película de Seagal, y quizás la más dura y violenta, y también una de las más trabajadas y estudiadas por el actor. Las escenas de pelea de la película son las más logradas de Seagal, integrando numerosos elementos del Aikidō, así como uso de una amplia gama de armas y dislocaciones de brazos. Supuestamente Seagal estudió los rituales vudú jamaicanos especialmente para la película.
Buena banda sonora con especial atención al reggae jamaicano, con alguna sugerente y especialmente atractiva belleza local que baila sensualmente enfundada en su vestido blanco, la aparición de Joanna Pacula, actriz que me encanta y Keith David para acompañarle en sus correrías por Kinsgton a la caza del líder jamaicano de las drogas, convierten esta película en una de las mejores del actor que te da francamente lo que tiene y es honesto con su público.
Acción con la firma de Seagal. Un 6.