Elem Klimov dirigió en 1985 una de las cintas más sombrías y aterradoras de todos los tiempos. Fue un encargo de la URSS para conmemorar el 40 aniversario del triunfo sobre los nazis.
Qué mal cuerpo se le queda a uno viendo esta peli... Lo peor es que desgraciadamente la realidad supera la ficción