Una pequeña obra de arte que refleja uno de los cientos de miles de asesinatos e injusticias que se cometieron por el bando vencedor y golpista contra sus hermanos, contra sus primos, contra sus hijos, contra sus vecinos que tenían el estigma de haber sido los perdedores, y por eso les castigaron a la pena más dura, la muerte siendo inocentes de los cargos que se les imputaban, y todo por un revanchismo mal entendido que duró durante cuarenta años, los mismos que vivió el dictador con la anuencia del mundo.
Reflejo de aquellos oscuros años, Benito Zambrano nos trae la historia de dos hermanas cordobesas, una muy implicada políticamente que se encontraba encerrada por sus ideales en la prisión de mujeres de Ventas, y la otra que viene a la capital para intentar ayudarla y ponerla en libertad.
Poco que decir de los juicios sumarísimos, en los que el Fiscal solicitaba la pena de muerte para todos, fuera cual fuera los cargos de los que se les acusaba, y el abogado defensor, también militar golpista, que aceptaba los cargos sin rebatirlos solicitando únicamente la conmutación de la pena por la cadena perpetua. Casi todos acabaron en el paredón víctimas de la sinrazón y del odio. Curiosa la participación de las monjas en la vida en reclusión, tomando partido activo en las ejecuciones de una Iglesia que se comprometió con el odio y la injusticia, justo lo que nunca debería ser la Iglesia y así se encuentra ahora, abandonada por casi todos los que fueron masacrados injustamente y por sus descendientes.
Excelentes las interpretaciones de Inma Cuesta y María León, para una sobresaliente película. Un 9.
Siempre que veo una película sobre el franquismo se me encoge el alma recordando a tantas víctimas inocentes. Hay tantas voces todavía dormidas y sepultadas.
Que grande es Inma Cuesta. Gran película.