Pensaba yo que el Sr. Eastwood ya no podía sorprenderme más, que su inmenso talento y su humanidad había tocado fondo con "Sin perdón", entre otras obras de arte que han salido tanto de sus interpretaciones como sobre todo de su dirección, creía erróneamente que lo había visto todo y no ha sido así... espero que no muera nunca y que cuando quiera nos deleite con estas obras de arte que él se saca de la manga, sin aparente esfuerzo, sólo obra de su talento y de su humanidad...
Y esos Oscar pasaron de largo sin pararse y negándole su evidente mérito, otro de sus sonados errores que intentarán paliar un día a título póstumo, aunque al bueno de Clint le dará lo mismo, ya lo saboreó en vida.
Este drama, además de talento, destila humanidad, la de un viejo combatiente que esconde en su interior el dolor y el remordimiento de su paso por la guerra de Corea, un tipo duro, hecho a sí mismo, al que no le gustan los convencionalismo y va de frente. Y como tal y con la muerte de su esposa, el destino le pone en su camino a un par de jóvenes coreanos, sus vecinos, que le hacen humanizarse hasta límites insospechados, hasta de sí mismo.
Genial interpretación tanto de Clint como de los jóvenes Bee Vang y Ahney Her, con personajes totalmente humanos sin más pretensiones, fluyendo la película cómoda y pacífica hasta su emotiva e inesperada resolución, aún más genial y más humana.
Sobresaliente, 9. Me reservo la matrícula de honor para la próxima, para la penúltima de la que siempre alardeamos los bebedores de cerveza en nuestras tascas.
No sé, aunque creo que sí, si la última canción cuando se inician los créditos está interpretada por él mismo, otro detalle de los que se olvidan en la Academia, donde desgraciadamente la política y los convencionalismos sociales olvidan muchas veces el talento y la humanidad.
Peliculon del gran Clint Eastwood. Alguien a quien se le conocía de actor como un pistolero malote parco en palabras pero en la dirección todo lo que toca lo revienta. Es genial ver el papel de ese abuelo cascarrabias al que le muere su esposa, con unos hijos "aprovechados" y un vecindario de inmigrantes asiáticos que generarà situaciones divertidisimas. Una oda a la tolerancia y la de integración.