Buena miniserie que, dejando a un lado la leyenda e intentando indagar en las causas del mayor naufragio de la historia, como que el barco se construyó en Belfast para reducir costes, que los protestantes ingleses acaparaban todos los puestos de trabajo, mientras los católicos, a pesar de ser más competentes, sólo recibían las migajas, que la compañía naviera redujo al máximo los costes en la construcción con los famosos remaches de hierro en vez de los de acero, y que no había botes suficientes para todo el pasaje porque no los quisieron poner.
La diferencia de clases sociales es otro punto de incidencia, con los estirados de primera clase, casi todos ingleses como no, incluidos sus sirvientes, y los nuevos ricos americanos, y la segunda y tercera clase, gente con sueños viajando hacia el país de las oportunidades que apenas podían pagarse el billete, o trabajaban durante la singladura para pagarse el viaje.
Cuántos murieron por su propia estupidez, pero sobre todo, cuantos murieron por culpa de la tripulación y de los oficiales del barco, incluido el capitán, por su impericia y negligencia, y por su incompetencia, además de por los convencionalismos sociales. Salvaron a los pasajeros ilustres y a los de primera, dejando morir a multitud de mujeres y niños.
Y finalmente el Titanic se hundió. Y de su leyenda, y del egoísmo e insolidaridad de muchos de los supervivientes, que se negaron a volver a recoger a los náufragos para no poner en peligro sus vidas, incluso a sus mismos familiares, y aquéllos que se confundieron entre las mujeres y que arrastraron su cobardía hasta el día de su muerte.
Se cambiaron muchas leyes de la navegación tras el desastre, y las vidas valen lo mismo tuvieras en el bolsillo un pasaje de 1º, de 2º o de 3º. El barco más grande y lujoso del mundo se hundió por un simple arañazo de un iceberg porque sus armadores ahorraron en su construcción hasta el último penique posible, incluso en unos simples prismáticos para que la tripulación hubiera podido detectar el iceberg.
Interesante documento histórico que se ve sin problemas al conocer todos el final. Mi nota, un 6.
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Buena miniserie que, dejando a un lado la leyenda e intentando indagar en las causas del mayor naufragio de la historia, como que el barco se construyó en Belfast para reducir costes, que los protestantes ingleses acaparaban todos los puestos de trabajo, mientras los católicos, a pesar de ser más competentes, sólo recibían las migajas, que la compañía naviera redujo al máximo los costes en la construcción con los famosos remaches de hierro en vez de los de acero, y que no había botes suficientes para todo el pasaje porque no los quisieron poner.
La diferencia de clases sociales es otro punto de incidencia, con los estirados de primera clase, casi todos ingleses como no, incluidos sus sirvientes, y los nuevos ricos americanos, y la segunda y tercera clase, gente con sueños viajando hacia el país de las oportunidades que apenas podían pagarse el billete, o trabajaban durante la singladura para pagarse el viaje.
Cuántos murieron por su propia estupidez, pero sobre todo, cuantos murieron por culpa de la tripulación y de los oficiales del barco, incluido el capitán, por su impericia y negligencia, y por su incompetencia, además de por los convencionalismos sociales. Salvaron a los pasajeros ilustres y a los de primera, dejando morir a multitud de mujeres y niños.
Y finalmente el Titanic se hundió. Y de su leyenda, y del egoísmo e insolidaridad de muchos de los supervivientes, que se negaron a volver a recoger a los náufragos para no poner en peligro sus vidas, incluso a sus mismos familiares, y aquéllos que se confundieron entre las mujeres y que arrastraron su cobardía hasta el día de su muerte.
Se cambiaron muchas leyes de la navegación tras el desastre, y las vidas valen lo mismo tuvieras en el bolsillo un pasaje de 1º, de 2º o de 3º. El barco más grande y lujoso del mundo se hundió por un simple arañazo de un iceberg porque sus armadores ahorraron en su construcción hasta el último penique posible, incluso en unos simples prismáticos para que la tripulación hubiera podido detectar el iceberg.
Interesante documento histórico que se ve sin problemas al conocer todos el final. Mi nota, un 6.