Narra la odisea de los últimos judíos alemanes con residencia en Berlín, que fueron como tantos otros, hasta seis millones, enviados a campos de exterminio como Auschwitz, por la locura de Hitler y de prácticamente todo su pueblo, que sino directamente, sí conocía indirectamente lo que ocurría, y así educaron a sus hijos, en el antisemitismo.
Ahora salen nuevos nazis amparándose en los símbolos de aquellos asesinos predicando el odio y la homofobia contra todo y contra todos. Erradiquemos a estos garbanzos podridos de la sociedad, o corremos el riesgo de que el holocausto se vuelva a repetir,y con mayor virulencia habida cuenta de las armas nucleares y la locura colectiva de estos criminales.