Todo un genio como John Ford que fue militar precisamente en la Marina, sólo utilizó su talento para hacer una única película bélica, ésta, en la que los protagonistas no son los que salen en los créditos, ni siquiera el gran General MacArthur, que volvió para reconquistar las Filipinas, del que vemos su estampa y al que no le da el menor protagonismo, siendo transportado junto con su familia en las lanchas torpederas que también eran prescindibles, como los miles de soldados, enfermeras y personal civil que quedó olvidado tras su retirada a merced de los japoneses en uno de los más bochornosos episodios de la historia bélica americana, tanto casi como el Vietnam.
MacArthur y su familia se salvaron, del resto sólo conocemos ciertos episodios, como "La marcha de la muerte" que se recoge en alguna película cuyo nombre no recuerdo en este momento, despreciados por los japoneses que consideraban un deshonor la rendición, y los trataron, a todos los que quedaron abandonados, peor que a los animales.
Ford habla de desprecios, de cosas que no tienen el mínimo valor, sean personas o sean lanchas torpederas, a las que el Alto Mando no daba más que un valor testimonial, aunque demostraron su valía.
En recuerdo de todos aquellos que quedaron abandonados por su país, el testimonio de un grande como John Ford.
voto
Todo un genio como John Ford que fue militar precisamente en la Marina, sólo utilizó su talento para hacer una única película bélica, ésta, en la que los protagonistas no son los que salen en los créditos, ni siquiera el gran General MacArthur, que volvió para reconquistar las Filipinas, del que vemos su estampa y al que no le da el menor protagonismo, siendo transportado junto con su familia en las lanchas torpederas que también eran prescindibles, como los miles de soldados, enfermeras y personal civil que quedó olvidado tras su retirada a merced de los japoneses en uno de los más bochornosos episodios de la historia bélica americana, tanto casi como el Vietnam.
MacArthur y su familia se salvaron, del resto sólo conocemos ciertos episodios, como "La marcha de la muerte" que se recoge en alguna película cuyo nombre no recuerdo en este momento, despreciados por los japoneses que consideraban un deshonor la rendición, y los trataron, a todos los que quedaron abandonados, peor que a los animales.
Ford habla de desprecios, de cosas que no tienen el mínimo valor, sean personas o sean lanchas torpederas, a las que el Alto Mando no daba más que un valor testimonial, aunque demostraron su valía.
En recuerdo de todos aquellos que quedaron abandonados por su país, el testimonio de un grande como John Ford.
Notable, 7.