Adaptación de otro best seller de Grisham, autor en el que predominan las tramas judiciales y que ha tenido un indudable éxito literariamente y algo más moderado en las que se han adaptado para la gran pantalla.
La historia es la de un joven abogado que tiene a su abuelo en el corredor de la muerte esperando su ejecución en la cámara de gas por la muerte de dos niños de ascendencia judía cuando puso una bomba en el despacho de su padre, y ello a causa de ser un defensor de los derechos civiles marcado por el Ku Klux Klan, una de la muchas vergüenzas de la sociedad norteamericana en su abrumador recorte de las libertades y derechos que tanto pregonan.
James Foley, a pesar del excelente reparto con el que cuenta, encabezado por un creíble Gene Hackman en el papel del racista asesino, al que defiende su nieto interpretado por Chris O'Donnell, poco convincente, además de Faye Dunaway, no consigue dar el ritmo necesario a la trama, dejando un tanto insulsa una novela que va mucho más allá de lo que nos muestra en pantalla en la excelente novela de Grisham.
Interesante, a pesar de todo. Un 6.