Película que nos retrotrae a los 80 o 90 donde estas producciones crecían como setas. Haley, aprovecha un error de cálculo en la inversión de cuatro amigos en un negocio para dar entrada a la mafia, en la persona de un John Travolta que parece que disfruta interpretando su papel (aunque con su nuevo look después de salir del taller de estética, esa satisfacción es menos reseñable), para secuestrar a un negro.
Lo mejor esos diálogos intrascendentes entre captores y víctima con apariencia de trascendencia, que nos llevan a un final épico y muy sorpresivo, que te deja con una gran sonrisa en los labios.
Para pasar un buen rato. Un 5. Buen elenco de actores.